El Museo y Cripta Capuchinos de Roma, inaugurado en 2012, forma parte de un importante complejo cuyos orígenes se remontan al siglo XVII. El convento, situado a lo largo de la actual Via Veneto, se construyó a partir de 1626 por iniciativa del papa Urbano VIII Barberini, cuyo hermano, el cardenal Antonio Barberini, era miembro de la Orden. El proyecto se confió al hermano Michele da Bergamo, arquitecto capuchino de gran fama y valor. En 1631, el convento ya estaba habitado por una gran fraternidad, convirtiéndose pronto en un centro de primera importancia para toda la Orden. La construcción del complejo arquitectónico respondió a la intención de crear una casa de la Orden de dimensiones excepcionales en comparación con otros conventos, destinada a convertirse en un punto de referencia espiritual, cultural y de gobierno para toda la familia capuchina. Desgraciadamente, del trazado original sólo se conservan intactas la iglesia y la cripta, esta última parte integrante del recorrido museístico. El Museo, inaugurado en 2012, tiene como objetivo conservar y valorizar el patrimonio histórico y artístico de los Frailes Menores Capuchinos. Las ocho salas de exposición ofrecen un recorrido por la historia de la Orden, destacando su profunda espiritualidad y el papel que desempeñó en la vida religiosa y social de Roma. Entre los objetos expuestos hay pinturas de gran valor, como el famoso San Francisco en meditación de Caravaggio, esculturas, objetos litúrgicos y artefactos relacionados con la vida cotidiana de los frailes, muchos de los cuales han recuperado su antiguo esplendor gracias a una importante campaña de restauración. Estos objetos dan testimonio del estilo de vida austero y sencillo que siempre ha caracterizado a la Orden, además de reflejar la capacidad de los capuchinos para producir artesanía sagrada en consonancia con su ideal de pobreza. Uno de los elementos más llamativos del recorrido museístico es sin duda la Cripta, conocida por sus decoraciones realizadas con los huesos de más de 3.700 muertos. Este lugar único ofrece una profunda reflexión sobre la fugacidad de la vida terrenal y la eternidad espiritual, un tema central en la visión franciscana del mundo. El Museo y Cripta de los Capuchinos, además de ser un lugar de conservación del patrimonio artístico, es hoy un espacio cultural en constante diálogo con el presente. Exposiciones temporales, iniciativas culturales y profundizaciones temáticas pretenden mantener viva la tradición capuchina, proyectándola hacia el futuro y contribuyendo a la difusión del mensaje espiritual y humano que la Orden encarna desde hace casi 500 años.
Cómo llegar
e-mail: info@museoecriptacappuccini.it
TAQUILLA
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